Hace
escasos o largos cinco años estábamos en este lugar, con una herida
abierta, un dolor reciente... todos sin dudas nos sentíamos más solos: su
familia, sus afectos íntimos,
los compañeros, los amigos...
Jorge Gallino nos había dejado
este vacío emocional que no podíamos disimular. Cinco años que han marcado un tiempo, un tiempo que
suponíamos podía atenuar el dolor. Creo que quienes
imaginamos eso, nos equivocamos porque el dolor no nos ha abandonado. Pero, al
lado de la pérdida tuvieron un
denominador común los
recuerdos, los recuerdos de su juventud, los recuerdos de sus luchas, de su
militancia en la universidad, en el socialismo y en su vida toda. No se agotan
estos recuerdos en su mención
generalizada, sino que cada uno de ellos convoca a la memoria de aquel Jorge
activo, con la mente amplia, siempre compartiendo con humildad el lado filosófico de las cosas, hasta de las más simples, pues allí radicaba la profundidad de sus reflexiones, las que socializaba con
generosidad. Generosidad que se extendía en lo que humanamente estaba a su alcance para con quienes estaban
a su lado.
El
mundo del deporte contó con un
hombre activo tanto para la práctica
como para la organización y
conducción de sus
instituciones. Así la Liga
Victoriense de Fútbol, el Club
Sarmiento, la Asociación
Victoriense de Padel y tantos otros organismos contaron con su entusiasta
vinculación y trayectoria.
Con
los amigos, Jorge Gallino, era un extraordinario compañero de ruta, sea cual fuere el vínculo de la amistad. La intensidad de su afecto, la palabra justa,
la mano tendida y su generosidad signaron su maravillosa personalidad. Cabe un
renglón adjunto recordar la
alegría y el entusiasmo que le
imponía a las citas, a las
reuniones, los viajes o cualquier acontecimiento.
Tanto
en sus emprendimientos, como en la función pública mostró ser un gestor de acción y de principios. La teoría y la práctica eran para él
el binomio que se complementaba , que había comprendido y había
compartido con pensadores de la fuste de Guillermo Estévez Boero, por mencionar sólo a uno de sus grandes amigos y compañeros en la vida.
En
aquel día frío de julio, junto al dolor y los recuerdos
también nacían promesas, promesas propias de quienes
sentíamos que heredábamos algo , aquellos retos a lo que las
virtudes de Jorge nos invitaron a seguir. Si podemos seguir esas formulaciones
compartidas podremos superar el dolor y honrar la memoria de este
extraordinario amigo.
Permítanme compartir con todos ustedes lo que me
atrevo a verbalizar en voz alta y lo que entiendo que Jorge Gallino nos heredó a los compañeros socialistas.
A
los socialistas nos dejó
luchas, entereza, convicción,
fraternidad, conocimientos, solidaridad y un camino trazado. Nos dejó un norte a seguir, un norte que está muy distante de las burdas especulaciones
de unos pocos, un norte que no sigue el camino de la mediocridad de aquellos
que muy poco entienden la magnitud de la palabra socialismo.
A
los socialistas, nos dejó un
socialismo popular marcándonos
el camino para transformar la realidad colectivamente, entendiendo que fuera de
ella somos sólo individuos.
A
todos, más allá del socialismo, porque su amplitud lo
singularizaba, a sus afectos , a sus amigos, y a quienes lo frecuentaron, dejó el maravilloso recuerdo de un hombre íntegro con vocación de vivir en plenitud.
Una
vez más gracias a este querido
Jorge.
Carlos
Claro Díaz
Victoria, Entre Ríos, 7 de julio
de 2012
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