lunes, 3 de diciembre de 2007

INTERVENCIÓN DEL SENADOR RUBÉN GIUSTINIANI EN EL TRATAMIENTO DE LA LEY DE CREACIÓN DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE AVELLANEDA

INTERVENCIÓN DEL SENADOR RUBÉN GIUSTINIANI EN EL TRATAMIENTO DE LA LEY DE CREACIÓN DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE AVELLANEDA
(SESIÓN DEL 28/11/2007)

Señor presidente: al igual que la semana pasada, cuando se trató la creación de la Universidad Nacional de Villa Mercedes, plantearé una posición diferente a la del autor de la propuesta.
Estoy totalmente a favor del aumento de las posibilidades educativas, de la educación pública y de la universidad pública. En ese sentido, la mayoría de nosotros somos hijos de la universidad pública. Yo fui decano de la Facultad de Ingeniería de Rosario, y gran parte de mi militancia la desarrollé en el plano universitario, justamente, por una universidad abierta al pueblo y a las mayorías.
Por lo tanto, desde mi punto de vista es bienvenido cada hecho de aumento de la oferta educativa, de mayores posibilidades para nuestros jóvenes y de desarrollo científico de nuestras regiones.
Me parece que estamos en una situación en la que debiéramos reflexionar, porque si no hay un tratamiento que vaya de la mano de la planificación educativa del país y de los recursos que se invierten en materia educativa. Luego de la aprobación de la Ley de Financiamiento Educativo y de la Ley Nacional de Educación, el Ministerio de Educación se comprometió a discutir una nueva Ley de Educación Superior –Ministro que pronto será senador nacional—, ante lo cual no se comprende el apuro en la creación de universidades todas las semanas sin contar con los presupuestos mínimos de dicha planificación, sin la previsión presupuestaria y sin la existencia de una articulación con las universidades ya creadas.
Por ende, creo que todo esto hace que corramos el riesgo de no estar a la altura de las circunstancias que ameritan dar una mayor respuesta de educación pública con los recursos disponibles.
Todos los años tenemos a los empleados universitarios de paro y a docentes e investigadores que, pese a sus esfuerzos diarios, no ganan lo que corresponde. De ahí que la optimización de los recursos es fundamental. Y me parece que estamos en un camino de proliferación burocrática, de duplicación de estructuras y de personal administrativo, que no necesariamente redundará en el cumplimiento de las funciones esenciales de las universidades nacionales.
Creo que una población como la de Avellaneda y tantos otros lugares del Conurbano bonaerense, así como también otras regiones del país, se merecen una mayor oferta educativa. Pero el informe del Consejo Interuniversitario Nacional es contundente acerca del proyecto en consideración
En particular, el Acuerdo Plenario CIN Nº 648/07 del 9 de octubre de 2007 se manifiesta expresamente en contra del proyecto de creación de la Universidad Nacional de Avellaneda, basado principalmente en las deficiencias que surgen del estudio de factibilidad realizado, ya que no se aporta información relevante que justifique la apertura de la universidad y no se establece la vinculación de la oferta con las características del entorno socio-económico y su desarrollo.
De acuerdo al art. 3 del proyecto: “Será objetivo de la UNAV que las carreras que constituyan su oferta académica no se superpongan con las de otras casas de altos estudios instaladas en la región sur del conurbano bonaerense, adecuando los programas y las currículas de estudio a un perfil específico vinculado a las características socioeconómicas y culturales del distrito en particular y de la región en general. Las Artes, el Medio Ambiente, el Deporte, la Producción y el Trabajo serán lo sustantivo de las disciplinas en las que fundamentará su razón de ser.” Esta definición de perfil se realizaría a partir de la reestructuración de carreras de nivel terciario ya existentes en la zona, reformulándolas para que puedan convertirse en Licenciaturas.
Entre las objeciones puntuales efectuadas por el C.I.N. se menciona la existencia de varias instituciones universitarias públicas en la región que podrían llevar adelante las acciones de articulación tendientes a la creación de las nuevas carreras mencionadas en el proyecto, sin necesidad de abrir una nueva universidad. Asimismo se cuestiona la fragmentación de la oferta académica que se pretende desarrollar, coexistiendo licenciaturas cuya denominación remite más bien a tecnicaturas o, en el otro extremo, a carreras de posgrado, tales como “Historia de la Cultura Iberoamericana” o “Políticas y Derecho del Trabajo”.
La falta de relación entre la propuesta académica y los requerimientos presupuestarios concretos, así como la ausencia de previsiones cuantitativas en cuanto a matrícula potencial, y de mecanismos de articulación con la escuela media que diferencien esta propuesta respecto de otras ofertas universitarias ya existentes en la zona, son otras de las debilidades del proyecto que destaca el C.I.N.
Me parece peligroso seguir creando universidades a contramano de la opinión del máximo organismo interuniversitario nacional y con un silencio del Ministerio de Educación. En este lugar tendría que estar el Ministerio de Educación fijando su postura sobre la creación de universidades nacionales, hecho que ocurre todas las semanas.
Entonces, si bien no estoy en contra de la creación de universidades y estoy a favor del crecimiento y desarrollo de la universidad pública en el país, que tiene una tremenda tradición histórica —el conocimiento es nuestro principal capital y ventaja comparativa en este mundo globalizado—, llamo a que se pueda discutir esta clase de iniciativas con el sentido de planificación que el país requiere.

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